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No importa si apenas están saliendo, son novios de manita sudada, arrimados, juntados, recién casados o próximos a festejar sus bodas de oro; varios estudios (y mi propia experiencia como metiche profesional), me han permitido darme cuenta que las parejas que se sienten plenas y realmente disfrutan estar juntos, han desarrollado 5 hábitos de comunicación poderosísimos:

Discuten para negociar y no para ganar. El jinete del apocalipsis de las buenas relaciones es el ego, ese que nos habla al oído y nos dice: “tienes que ganar”, “demuéstrale quien eres”, “hazle ver que tú tienes la razón”, “indígnate hasta que te pida perdón”, “vas invicto, no pierdas esta batalla”, “chantajéalo emocionalmente para que sienta culpa”, “haz que acabe con la cola entre las patas”


¿Te ha hablado al oído ya este desgraciado ego? Estoy segura que sí. La próxima vez que se digne tratar de dictarte lo que debes hacer durante esa discusión, haciéndote pensar que de lo contrario te mostrarás débil, vulnerable o que tu dignidad quedará afectada, me haces el favor de callarle la boca en seco y decirle lo siguiente:

“Mira estimado ego, lo que yo quiero lograr a través de esta discusión no es pelear ni demostrar que soy quien tiene el sartén por el mango; mi objetivo es analizar con mi pareja lo que salió mal, en qué se equivocó cada quien, aquello en nuestras actitudes o conductas que está hiriendo al otro y debilitando la relación, comprender cuáles son nuestras necesidades personales y tener claro nuestro objetivo como pareja; a partir de ahí, enfocarnos en la solución, negociar, llegar a acuerdos en donde ambos salgamos ganando (aunque en algo hayamos tenido que ceder) y sobre todo, que dichos acuerdos nos hagan sentir tranquilos y satisfechos. Así que hazte pa´allá, úshcale, shú shú, multiplícate por cero, sale bye”.

La parejas felices piensan como equipo y saben que si en una discusión sólo uno de los dos gana, la relación pierde. Por ello, fomentan siempre un ganar-ganar.

Dicen lo que necesitan de manera asertiva. Ni se guardan lo que les está haciendo daño hasta que los corroe por dentro ni lo escupen a la primera oportunidad sin tomar en cuenta los sentimientos del otro y el bien de la relación. Buscan:


a) El momento adecuado: cuando ninguno de los dos esté alterado por alguna sustancia externa como el alcohol o interna como los químicos que produce la ira y que no los dejan pensar con la cabeza fría


b) El lugar propicio: en donde estén cómodos, A SOLAS y sin distractores.


c) La forma ideal: cuidando no herir susceptibilidades, evitando generalizaciones, humor negro y sarcasmo.


Las parejas felices dicen lo que sienten y piensan, pero cuidando los sentimientos del otro.

1.- Respetan su individualidad. Y esto no se refiere únicamente a darse espacio y tiempo para estar solos o con sus amigos, sino también a respetar aquellos aspectos de la historia de cada quien que no vale la pena poner sobre la mesa. Esta mala costumbre de las parejas de netear de más, abrirse como libros en blanco y exponer su pasado para transparentarse completamente, lo único que hace es reabrir heridas que el otro podría volver a lastimar sin querer o afectar la imagen que nuestra pareja tiene de nosotros. Esto no quiere decir que vamos a guardar secretos que podrían dañar a nuestro amorcito corazón, sino simplemente ser prudentes y comprender que muchos de los tropiezos que hemos tenido en la vida solamente ocurrieron para que pudiéramos aprender de ellos y crecer, pero ya no nos definen como tal. Sin embargo, podrían sembrar desconfianza, duda o inseguridad en el otro. Esto también aplica al compartir con nuestro pior es nada, detalles de la vida de nuestros amigos o familiares, solamente porque nosotros sí que le tenemos toda la confianza. ¡No se vale!


La regla de oro es: si le afecta, le importa. Pero si no le afecta, ¡ya no importa!, mejor cierra ese capítulo de tu vida y muéstrale en quien te has convertido hoy.

Las parejas felices son prudentes al compartir entre ellos historias de su pasado que pudieran terminar siendo un obstáculo para la relación. 

1.- Se escuchan con interés. No todo en la comunicación es hablar, también el escuchar comunica muchísimo. El prestar absoluta atención a nuestra pareja cuando habla con nosotros de aquello que le importa, es hacerle saber que él/ella es importante para nosotros. Ojo: por más que el tema pudiera parecernos irrelevante, para nuestra pareja no lo es. Va más allá del respeto, se trata de generar EMPATÍA. Recordemos que empatizar con el otro no significa estar de acuerdo, sino tener la capacidad de comprender las cosas desde su contexto y perspectiva.
 

Las parejas felices se escuchan con todo el cuerpo –postura, oídos, mirada, gestos–, con todas las ganas –voluntad de empatizar– y con todo el amor –en donde hay amor, hay interés–.

1.- Se comparten palabras de gratitud y aliento.
Gracias mi amor por:

1.- Tu esfuerzo diario para darnos lo mejor
2.- Por mantener la casa limpia
3.- Por educar a nuestros hijos con tanto amor
4.- Por ser tan detallista
5.- Por tus muestras de cariño constante
6.- Por recibirme siempre con una sonrisa
7.- Por hacerme reír
8.- Por ser tan considerado con mis papás y hermanos


Entre miles de millones de ejemplos por los cuales podemos agradecer a nuestra pareja todos los días, y que además servirán para reforzar esas conductas positivas haciéndole saber que las notamos y valoramos. #DosPájarosDeUnTiro

Palabras de aliento que realmente sentimos, como:

1.- Confío en ti y en tu capacidad para salir adelante
2.- Sé que puedes
3.- Te admiro
4.- No pude haber elegido mejor
5.- Eres un papá/mamá excepcional, lo noto en cómo hablan nuestros hijos de ti
6.- Cada día te pones más guapo
7.- Me siento orgulloso de tenerte a mi lado

 

Entre miles de millones de frases que decimos en la etapa de la conquista que después guardamos en el baúl de los recuerdos y no volvemos a usar más. #EpicFail

Si estás pensando que estas frases suenan cursis, te tengo una mala y una buena noticia. La mala, es que toda persona las necesita aunque diga y actúe lo contrario; la buena, es que si aprendes a sentirte cómodo agradeciendo y diciendo palabras de aliento genuinas y sinceras, te convertirás en el tipo de pareja que cualquiera quisiera tener. ¿Te digo algo gravísimo? Muchas personas acaban buscando a alguien más, cuando sienten que su pareja no las valora.

Las parejas felices saben que el amor se demuestra, pero a nadie le cae mal que también se lo recuerden con palabras bonitas de vez en cuando.

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LOS 5

HÁBITOS

DE

COMUNICACIÓN DE LAS PAREJAS FELICES

¡Ha llegado el momento de convertirte en el Maestro Jedi de las conversaciones y el carisma de focalización! Lo único que tienes que hacer, es leer, practicar y dominar los hábitos del conversador carismático: 

Hábito 1. Haz preguntas abiertas. Preguntas que den pié a que la otra persona se explaye en su respuesta y profundice. Tenemos una terrible tendencia a hacer una pregunta y, mientras la persona responde, quedarnos pensando en qué más le vamos a preguntar. Entonces lo hacemos cambiar de tema contantemente en lugar de permitirle abrirse completamente y disfrutar de la conversación.

Recuerda: Amamos a la gente que sabe escuchar y muestra un interés genuino por nuestros asuntos.

Estos son algunos ejemplos de preguntas abiertas:

- Cuéntame más sobre…

- ¿Y eso? ¿Y entonces? ¿Y por qué?

- ¿Qué te llevó a tomar esa decisión?

- ¿Cómo te hace sentir eso?

- ¿Qué es lo que más disfrutaste sobre esto que viviste?

- ¿Qué es lo que más te emociona sobre este proyecto?

“Se pueden hacer más amigos en dos meses interesándose por los demás, que en dos años intentando que se interesen por uno” (Dale Carnegie)

 

 

Hábito 2. Sé consciente de las emociones que evocas. A menos que tu función en ese momento sea el permitirle a un amigo desahogar una tristeza y ser su paño de lágrimas, o te toque ayudar a alguien a resolver un problema; mejor dale vuelo a tu YO carismático haciendo preguntas que lleven al otro a su “happy place”, es decir, preguntas que la otra persona disfrute responder.

Recuerda: Emoción que tu interlocutor evoque durante la conversación = emoción que asociará contigo. La gente no recordará tanto lo que dijiste, sino la huella emocional de la conversación.

 

 

“La gente olvidará lo que dijiste, olvidará lo que hiciste, pero nunca olvidará cómo la hiciste sentir” (Maya Angelou)

 

 

Hábito 3. Recapitula. Esta herramienta es básica para los terapeutas pues permite al cliente o paciente darse cuenta de que quien lo escucha está escuchando atentamente, comprendiendo lo que dice, y le permite escuchar sus propias ideas de manera indirecta. La recapitulación consiste en retomar brevemente lo que la otra persona dijo y parafrasearla de alguna manera antes de hacer otra pregunta.

 

Por ejemplo:

Dices que estás muy emocionado por lo que te dijo tu jefe antier sobre tu desempeño en ese proyecto, ¡te lo has ganado a pulso!

+

¿Qué es lo que más te emociona sobre este logro?

 

Hábito 4. Rebota. ¡Sí! Como en un juego de pelota. Si lanzas la pelota al piso o a una pared, y esta no rebota, es decir, si el piso o la pared se quedan con la pelota, difícil será continuar jugando. ¿Estás de acuerdo? Lo mismo pasa en una conversación. Ni se trata de que tu te conviertas en un entrevistador ni tampoco en el entrevistado. Has preguntas abiertas e inteligentes, y una vez que recibas la respuesta (la pelota), comenta brevemente sobre lo que escuchas, luego puedes agregar una nota personal, después recapitular y regresar la pelota con otra pregunta. Esta es la técnica del rebote.

 

Por ejemplo:

¡Qué bárbaro, es que te lo has ganado a pulso, felicidades!

+

Yo hace algunos años tuve una experiencia similar en la que trabajé muy duro por sacar adelante un proyecto y, ¿sabes qué? cuando obtuvimos los resultados, lo que más me emocionaba era poder compartir mi logro con mi familia.

+

¿A ti qué es lo que más te emociona sobre este reto vencido?

 

 

Hábito 5. Habla su idioma. No se trata de abandonar tu personalidad y asumir por completo el slang del otro, ¡bájale tres rayitas! Me refiero a implementar en tu propia forma de hablar, algunos aspectos sobre la forma de hablar del otro. Esto hará que te comprenda mejor, sienta que lo comprendes mejor y que son similares. A esto se le llama técnicamente: Rapport Verbal.

Te sugiero empezar con estas dos herramientas:

1.- Usa sus hobbies para ilustrar. Si sabes que es golfista, puedes decir que haberle ganado ese importante cliente a tu competencia, fue tan emocionante como ganar el Masters de Augusta. (Conectará perfecto con tu emoción)


2.- Adopta términos de su vocabulario. Escucha con atención y utiliza sus propias palabras en lugar de los sinónimos que comúnmente usas tú. Claro, si al coche le dice “nave” y tú de plano no conectas con esa expresión, busca otras que sí te sientas cómodo utilizando.
 

Hábito 6. Haz pausas. ¿Te ha pasado que cuando una persona interrumpe o contesta en el preciso instante en el que acabaste tu oración, te da la impresión de que está más preocupada por expresar su punto de vista que por escucharte? Para evitar esto y potenciar tu carisma de focalización, haz lo siguiente antes de responder:

 

Haz una pausa deliberada, guarda silencio (como asimilando la información)

+

Responde con un gesto o una expresión no verbal

+

Expón una respuesta verbal

 

“El hombre sabio, incluso cuando calla, dice más que el necio cuando habla.” (Thomas Fuller)

 

 

Hábito 7. Háblale de él mismo. Así de fácil. Estará fascinado escuchándote por horas.

Cuéntale sobre lo que más te impresionó cuando lo conociste, sobre una gran idea que un día te dio y te dejó pensando, sobre la manera en que afrontó un reto y te pareció admirable, sobre esa ocasión en que fueron de viaje juntos y la pasaste tan bien, etc.

 

 

“Háblele a un hombre de él mismo y lo escuchará durante horas.”(Benjamin Disraeli)

 

Pues a practicar chat@s, como diría el Señor Miyagi:

“First learn stand, then learn fly. Nature rule Daniel son, not mine”

¡Hasta el próximo jueves!

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LOS 7 HÁBITOS DEL COVERSADOR CARISMÁTICO

COMUNICACIÓN NO VERBAL, ATRAER SIN TENER QUE HABLAR.

Se dice por ahí que la comunicación no verbal es más del 70% del total de la comunicación. No sé si estoy de acuerdo con el número, pero sí que estoy de acuerdo con el concepto. Me ha pasado en innumerables ocasiones que hago “química” con alguien en segundos, que alguna chica me dice: “es que tu olor tiene un algo que me vuelve loca” (ojo, yo casi nunca uso loción) o que me mencionan que mi mirada les encanta o que mi actitud / postura les causa algo (aunque usted… no lo crea).


Bueno, entonces, si sabemos que estos factores pueden afectar tanto el resultado de una cita, ligue, primera impresión, junta, entrevista, etc entonces las ideas que ayudan de hoy para ustedes mis querid@s lector@s serán para poder lograr controlar todo esto. Sonríe. Eso.


1.    Tu estado de ánimo. Se refleja en olor, mirada, postura, cara, sonrisa, velocidad y agilidad de pensamiento, creatividad, etc Es importante que practiques cambiar de estado de ánimo, de normal, aburrido o cansado a asertiva, segura, creativo, divertida, emocionado y energética rápido. Usa las anclas de PNL que hemos visto en otras columnas mías, y también usa el clásico “mientras no lo seas, actúa como si lo fueras”


2.    Tu seguridad y confianza. Entre más la tengas más se verá reflejada, obvio, entonces ¿cómo hacer para tenerla? con dos ideas, la primera: Estudia, estudia todo lo que puedas de temas que te puedan servir empezando por este tema de la atracción humana, el saber más hará que en tus interacciones con otros humanos, tú vayas pensando que eres más preparad@ que tu interlocutor@, esa ventaja te hará sentirte segur@ de ti mism@. Segunda idea lávate el cerebro, recuérdale todas las noches todo lo bueno que tienes, eres, sabes, etc hasta que por repetición y terquedad, un día tu cerebro, te la crea.


3.    Practicar. Muchas veces reflejamos miedo, pena o timidez por el simple hecho de que conocer gente nueva no es algo que hagamos muy seguido (a menos que seas taxista o aeromoza) entonces sal a la calle a practicar hablar con gente, MUCHO.


4.    Estúdiate. Grabarse en video es de los mejores consejos que te puedo dar. No es común observarnos a nosotros mismos contando historias, caminando, escuchando, dando opiniones, etc. Hazlo, luego obsérvate, busca lo que no te gusta, compárate con otros, y arregla o mejora todo lo que puedas, hasta que te veas en video y te gustes.


5.    Recuerda que todo comunica. Tus fotos en redes y chats, tu velocidad de respuesta, tu creatividad y originalidad, tus publicaciones, tu aliento, tu ortografía, el color de tus dientes, el fondo de tu foto, tus uñas, tu reloj, el estado y talla de tu ropa, la pulcritud de tu barba, vaya hasta tu actitud con otras personas, al ser observada por terceros manda un mensaje. Asegúrate de que ese mensaje sea positivo y atraiga.


Cuando menos te lo esperes la gente se sentirá atraída hacia ti “sin que hayas hecho nada”.

Por: Leonel Castellanos

¡VÉNDELE

PERAS

AL

OLMO!

No existe una persona en el mundo que haya nacido sabiendo cómo vender algo. Aunque hay quienes lo hacen parecer fácil y natural, los excelentes representantes de ventas se han tomado el tiempo de perfeccionar sus habilidades y están constantemente buscando superarse.


La gente compra primero al vendedor y después al producto, ¿lo sabías? Por ello aquí te comparto 4 claves para que puedas vender más y mejor:


Piensa en tu producto o servicio como una experiencia:

Hazte la siguiente pregunta ¿cuál es la emoción o sentimiento que ofrezco?: Una vez que lo sepas, asegúrate que todos los estímulos que proyectas, vayan de la mano y refuercen ese mensaje. Recuerda que esto no sólo aplica para productos y servicios. También puedes utilizarlo en una entrevista de trabajo donde el producto eres tú.


Conviértete en su aliado:

Pregúntate, ¿qué va a ganar mi interlocutor con lo que estoy intentando vender? Tu enfoque debe estar en dejar claro de qué manera lo que ofreces hará que la otra persona sea una mejor versión de sí misma o pueda solucionar un problema. Está bien que hables de las cualidades de tu producto, pero no te atores ahí, ten presente que la gente no quiere saber solamente qué tan bueno es tu producto, sino qué tan buena puede llegar a ser ella con tu ayuda.


Ofrece alternativas:

¿Qué puedes hacer para volverte más accesible ante tu cliente? La gente no quiere lo mejor sino lo que lo hace sentirse más cómoda, pero lo que puede ser cómodo para ti, podría no resultarlo para la otra persona. Por ello, hazle preguntas a tu interlocutor, conócelo más, ofrécele alternativas que puedan satisfacer sus necesidades y déjalo elegir la mejor para él.


Sé único:

¿Qué es lo que tú ofreces que te hace distinto a los demás? Hoy en día existen muchísimos proveedores que ofrecen los mismos productos y/o servicios. Pero tu personalidad, tu sello, ese ADN que te hace único es lo que puede hacerte ganar a ese cliente y cerrar tu venta.

Te invito a inscribirte a mi curso en línea durante Julio  "PERSUASIÓN EN VENTAS" 

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